En memoria a "La paranoia Vera"

martes, 11 de octubre de 2011

Naúfrago

   Un naúfrago es aquel que ha sufrido un naufragio; es decir, aquella persona que se ha ido a pique, a la deriva, perdido en su embarcación en medio de la nada o, simplemente, solo, sin ningún soporte ni cobijo en el que refugiarse, nada más que el del consuelo de arroparse con el frío velo que envuelve la soledad de la nada.

    En este mundo en el que lo material nos invade o incluso podríamos decir que nos domina; en el que vivimos para sobrevivir; en el que  la palabra cada día vale menos y la persona se deshumaniza, identificándose con un código; en este mundo en el que las palabras vida, derechos o dignidad han sido suplantadas por el yugo del poder y del dinero; un mundo el que cada vez menos personas piensan en el amor como el motor del mismo.

En este mundo en el que muchos son o somos naúfragos de a pie, muchas veces sin darnos cuenta, algunos hemos tenido la suerte o la desgracía de vernos inmersos en un naufragio aun más profundo. Suerte por encontrar las respuestas, recuperar el camino y regresar a casa. Desgracia porque, en el fondo, una parte de ti, jamás dejará de sentirse vinculada al vaivén de aquella oscura marea.

Sin embargo, seguimos aquí; mañana saldrá el sol y tenemos la experiencia de haber vuelto de entre aquellas profundas olas ...

... y aunque seguimos siendo naúfragos, nos sentimos valerosos, con una importante lección aprendida:

    No importa el naufragio, ni el sentido del viento y ni siquiera la marea. Lo que importa es que seguimos vivos y prosigue la aventura de hacer trepidante, especial y enormemente único cada momento. Lo que importa es el hecho. Y mientras sigamos siendo uno, más uno, más otro los que, simplemente, nos planteemos estas ideas, estaremos ayudando a que la esperanza no caiga en el más profundo de sus naufragios. Al fin y al cabo se lo debemos: ella siempre nos visitaba, aunque muchas veces lo hiciera en silencio.

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