Tan pronto el Sol se levanta
te cambias el traje y luego,
con tu bendita ignorancia,
tan sabia, azabache negro,
te anudas esa corbata
donde descansan tus miedos.
Y paseas entre tacones,
entre alpargatas y cestos,
entre lo humilde y lo fácil,
y nadie asume sus miedos.
Y así vuelves cada día,
siendo la misma, sin serlo,
siendo princesa y sirvienta,
siendo la murga y el cuento,
siendo señora o vasalla,
siendo la misma, sin serlo,
que nadie aquí tiene miedo
y todos temen tenerlo.
(De mi poemario "Córdoba - cuerpo y alma -")
Tan puta y tan beata...el cuerpo donde se pierde el sentido hasta volvernos locos. El paso lento y acompasado de la historia. Precioso.
ResponderEliminarQUE BONITO.... :D
ResponderEliminar